Ya punto de cerrar las paginas de este dos mil doce solo me queda desearles a todos y a cada uno de ustedes todo lo mejor de este mundo; todo lo mejor que se traduce en salud, paz y armonía. Revisar nuestros errores quizás no para repetirlos sino para tratar de no hacerlos porque al final somos seres humanos que caminamos una y otra vez en la misma senda, la misma vía o en esos lugares que no queremos volver a transitar. También quiero recordar a los que se fueron, a esos Ángeles que están arriba y nos cuidan; pero que en el fondo de mi corazón los quiero acá abajo en cuerpo y presencia; los quiero tocar decirles que los quiero y los quiero; sin embargo, la realidad es otra y me conformo con saber que formaron parte importante de mi vida y que mis lagrimas son el reflejo del querer que no me cabe en el corazón. Cierro las páginas del dos mil doce y empiezo en limpio las páginas del dos mil trece. Sé que habrá mucho para escribir.
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